El Programa de Radiología Intervencionista en el Lucile Packard Children’s Hospital Stanford Encabeza la Lista con un Enfoque Orientado a los Niños

En lugar de pasar todo un día en el hospital, manifestó un padre: “Entramos y salimos en una hora”

Led by Glen Seidel, MD, a nationally recognized specialist, the Pediatric Interventional Radiology staff and clinic at Lucile Packard Children's Hospital Stanford does everything from needle biopsies to tube placements - all without open incisions. (Photo: Business Wire)

PALO ALTO, California--()--Benjamin Boersma nació con un grupo complejo de problemas médicos, incluidos problemas digestivos graves. Ben, de 2 años, se alimenta a través de una sonda de gastroyeyunostomía, más comúnmente conocida como sonda GJ, que va, directamente, a través del estómago al intestino delgado. La sonda de alimentación es, literalmente, un salvavidas, pero tiene que reemplazarse en pocos meses.

Hasta hace poco, tomaba tiempo cambiar la sonda vieja por una nueva porque Ben tenía que estar bajo anestesia general para el procedimiento.

Pero gracias a un nuevo programa de Radiología Pediátrica Intervencionista en Stanford Children’s Health, la primera de su tipo en el área de la bahía, los niños como Ben, a menudo, pueden renunciar a la anestesia y, en algunos casos, a la cirugía para muchos tratamientos. En lugar de ello, los médicos utilizan herramientas mínimamente invasivas e imágenes digitales para hacer que los viajes al hospital sean más cortos, menos dolorosos y mucho menos angustiosos para los padres.

Dirigido por el Dr. Glen Seidel, especialista en Radiología Intervencionista Pediátrica y reconocido en todo el país, la clínica y el personal orientados a los niños en Lucile Packard Children’s Hospital Stanford hacen de todo, desde biopsias con aguja a colocaciones de sondas, todo sin incisiones abiertas.

“Desde un punto de vista de la oferta de atención médica, costo y conveniencia, este es un cambio tremendo para las familias”, señaló Seidel, profesor clínico de radiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford. “Todos tienen la misma reacción: ‘Vaya, esto es mucho más cómodo para mi hijo y no le hace daño’”.

Antes de que Ben se convirtiera en paciente de Seidel, reemplazarle la sonda requería que estuviera completamente sedado, lo que significa que él y sus padres, que viven en Mountain View, California, tenían que pasar un día entero en el hospital. Pero cuando se reemplazó la sonda GJ más reciente a Ben en julio, Seidel realizó lo que le gusta llamar a su servicio de cambio de sonda GJ “ajuste”, ya que toma menos tiempo que cambiarle el aceite a un auto.

No se necesitaba sedarlo, solo un poco de gel anestésico en el sitio de la sonda. Con el padre de Ben tomándole de la mano a su hijo, Seidel se acercó a la camilla y, antes de iniciar el procedimiento, comenzó a cantarle a Ben: “Twinkle, Twinkle, Little Star”. Una a una, las enfermeras, los técnicos y su padre cantaron junto con Seidel. Mientras Ben escuchaba con calma, una de las enfermeras lo distrajo con un juguete de luz giratoria. Seidel cambió la sonda con cuidado y calma en menos de 15 minutos.

“Ni siquiera se sintió como una operación; fue solo un procedimiento rápido”, manifestó el padre de Ben, Christiaan Boersma. “Creo que entramos y salimos en una hora. La última vez, nos llevó, al menos, todo un día”.

Aún más útil, Ben llegó a su casa sin ninguno de los problemas de respiración o de recuperación que experimentó en los tratamientos anteriores que requerían anestesia. “Todas esas tensiones han terminado”, señaló su madre, Claire Boersma.

Esta es la manera en que se supone que funciona. “Cuando sea posible, ayudamos a mantener a los niños fuera de la sala de operaciones y evitar la anestesia general”', señaló el Dr. Matt Lungren, especialista en radiología intervencionista, colega de Seidel y profesor asistente de radiología en la Facultad de Medicina.

Al igual que la familia Boersma, Davan Jones, de 2 años y medio de edad, y sus dos mamás, Leanne Jones y Arica Stiliha-Jones de Chico, han llegado a considerar las estancias hospitalarias y los procedimientos médicos como prácticamente de rutina.

Para cuando tenía 15 meses de edad, Davan ya había sido sometida a cirugía de corazón abierto, un trasplante de hígado y otras dos cirugías mayores para eliminar los bloqueos intestinales que amenazaban su vida. Cada nuevo síntoma traía consigo una nueva ola de miedo y ansiedad.

Pero el manejo de Seidel de una biopsia reciente para determinar por qué Davan experimentaba dolor abdominal periódico mostró la singularidad de lo que ofrece su equipo.

Las biopsias en pacientes tan pequeños como Davan presentan riesgos particulares, debido al peligro de perforar el intestino con la aguja de biopsia. Normalmente, los cirujanos podrían realizar un procedimiento abierto para extraer muestras de tejido para una biopsia, pero creyeron que esto podía ser demasiado difícil para Davan después de todas las otras operaciones que había soportado. Seidel sabía que podía guiar las agujas de forma segura a través del abdomen de Davan a los ganglios linfáticos y evitar la cirugía.

Antes del procedimiento de radiología intervencionista, una enfermera comenzó a mostrar a Davan los animales de juguete que colgaban del techo. Entonces Davan comenzó a actuar. Con una punta de su pequeño dedo, la pequeña, casi incapaz de hablar, comenzó a orquestar una sinfonía de sonidos de elefantes, empezando con sus madres y luego con las enfermeras y los tecnólogos.

“Ella quería que todo el equipo hiciera el sonido del elefante”, señaló Leanne, refiriéndose a la atmósfera orientada a los niños. “El equipo de radiología intervencionista permitió a Davan tener una voz, y esto hizo que se sintiera cómoda”.

El proceso mínimamente invasivo no dejó cicatrices, y no hubo necesidad de tiempo de recuperación. Más tarde se determinó que el dolor episódico que Davan experimentaba era el resultado de una obstrucción intestinal.

“El Dr. Seidel es como Patch Adams. Él viene y canta, y hace todo lo posible para hacer que los niños se sientan cómodos”, señaló Shannan Church, enfermera registrada de radiología. “Nunca he visto a un médico tan comprometido. Él es tan hábil, y estoy constantemente sorprendida por lo rápido que puede realizar un procedimiento y hacerlo bien”.

Las familias Jones y Boersma dicen que Seidel y su equipo de radiología intervencionista son como tantos otros en Lucile Packard Children’s Hospital y Stanford Medicine: siempre buscando maneras de mejorar la atención médica de sus hijos, tanto en la entrega y en la experiencia.

Acerca del Stanford Children’s Health y Lucile Packard Children’s Hospital Stanford

Stanford Children’s Health, con Lucile Packard Children’s Hospital Stanford como sede central, es un líder internacionalmente reconocido por su cuidado infantil de clase mundial y por los resultados extraordinarios en todas las especialidades de pediatría y obstetricia, desde las rutinarias hasta las inusuales, para todos los niños y mujeres embarazadas. Junto a los médicos, enfermeras y personal de Stanford Medicine, ofrecemos nuestra investigación y atención innovadoras a través de asociaciones, colaboraciones, difusión, clínicas especializadas y centros de atención primaria en más de 200 localidades de la región occidental de los EE. UU. Como organización sin fines de lucro, estamos comprometidos a apoyar a nuestra comunidad (desde el cuidado de niños sin seguro o con seguro insuficiente, adolescentes sin hogar y madres embarazadas, hasta la ayuda para restablecer el cargo de enfermeras escolares en las escuelas locales). Para obtener más información sobre nuestra gama completa de programas de excelencia y nuestra red de atención, visite stanfordchildrens.org y nuestro blog Healthier, Happy Lives. Únase a nosotros en Facebook, Twitter, LinkedIn y YouTube.

El Lucile Packard Children’s Hospital Stanford es la sede central del Stanford Children’s Health y es uno de los mejores hospitales de la nación para el cuidado de los niños y las mujeres embarazadas. Por una década, hemos sido clasificados como el hospital de niños número 1 en el norte de California de acuerdo con la encuesta Best Children’s Hospitals 2014-15 de U.S. News & World Report y somos el único hospital en el norte de California en recibir el Top Children’s Hospital award nacional para 2013 de Leapfrog Group por calidad y seguridad en la atención del paciente. Descubra más en stanfordchildrens.org.

La Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford se clasifica, constantemente, entre las mejores escuelas de medicina del país e integra la investigación, la educación médica, la atención al paciente y el servicio comunitario. Para obtener más noticias sobre la escuela, sírvase visitar http://med.stanford.edu/school.html. La facultad de medicina es parte de Stanford Medicine, que incluye Stanford Health Care y Lucile Packard Children’s Hospital Stanford. Para obtener información acerca de los tres, sírvase visitar http://med.stanford.edu.

El texto original en el idioma fuente de este comunicado es la versión oficial autorizada. Las traducciones solo se suministran como adaptación y deben cotejarse con el texto en el idioma fuente, que es la única versión del texto que tendrá un efecto legal.

Contacts

Lucile Packard Children’s Hospital Stanford
Robert Dicks, 650-497-8364
rdicks@stanfordchildrens.org

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